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sábado, 28 de enero de 2012

La actitud de la familia hacia un enfermo con trastornos alimentarios influye en su recuperación

La comunicación que los pacientes con trastornos alimentarios tienen con sus familiares ha demostrado ser un índice que ayuda a identificar posibles recaídas o abandono del tratamiento, según un informe elaborado por el Institut de Transtorns Alimentaris (ITA).

"Los cambios en la actitud de la familia respecto al paciente consiguen disminuir el número de recaídas", concluye el estudio, especializado en tratamientos integrales de la anorexia, la bulimia y la obesidad.

El informe destaca que las familias que muestran una crítica excesiva, sobreprotección o una actitud hostil hacia el paciente influyen en su recuperación, por lo que el ITA recomienda reducir este tipo de actitudes, favoreciendo un afrontamiento más eficaz.

Las familias que siguen estas recomendaciones mejoran las estadísticas de recuperación, pasando de un 61 a un 70% de altas en la unidad juvenil y de un 65 a un 71% en el área de adultos.

ITA es una red asistencial creada en 1998 para el tratamiento, formación e investigación de las alteraciones de la conducta alimentaria.

martes, 24 de enero de 2012

La patata


La patata o papa (Solanum Tuberosum), es un alimento saludable, apetecible y muy nutritivo. Hoy día resulta un alimento básico cultivado en las regiones templadas de todo el mundo. La planta se cultiva como herbácea anual. Los tubérculos de carne ligera y suave prefieren los suelos francos, arenosos y ricos; los suelos húmedos y pesados dan lugar a tubérculos de carne más firme. Son alimentos presentes en nuestros mercados durante todo el año. 


La patata contiene un elevado porcentaje de agua (77%), es fuente importante de almidón; un hidrato de carbono complejo (18%), y de sustancias minerales como el potasio. Su contenido en proteínas (2,5%), fibra y vitaminas es escaso. Destacan las vitaminas B6 y C en el momento de la recolección (en la piel) pero durante el almacenamiento y la cocción de este alimento, su contenido se ve significativamente reducido. Por otro lado, la papa o patata de carne amarilla tiene mayor contenido en pro-vitamina A que la de carne blanca. Su valor calórico no es elevado; 80 calorías/100 g, pero si se consume frita o guisada, puede triplicar ese valor ya que absorbe gran parte de la grasa que se emplea durante su cocinado. Lo ideal es tomarlas hervidas o cocinadas al vapor o asadas al horno con su piel, ya que es la forma en que conservan mejor sus propiedades nutritivas. 

TABLA DE COMPOSICIÓN NUTRITIVA (por 100g de porción comestible)

Kcal (n)
Proteínas (g)
Grasas (g)
Hidratos de carbono (g)
Fibra (g)
Potasio (mg)
Vit. B6 (mg)
Vit. C (mg)
80
2,5
0,2
18
2
570
0,26
18

viernes, 20 de enero de 2012

Toxiinfecciones alimentarias más frecuentes


Los alimentos que no están sometidos a estrictos controles higiénico-sanitarios desde su producción hasta su consumo, están permanentemente expuestos a distintos focos de contaminación. Son un medio de cultivo idóneo para los microorganismos.

Muchos de los casos en los que existe una mala conservación, o una mala manipulación de los alimentos, acaban generando toxiinfecciones alimentarias en el consumidor.

Las toxiinfecciones alimentarias son enfermedades provocadas por bacterias, virus o parásitos o por sus productos metabólicos que, en la mayoría de las ocasiones, provocan vómitos, diarreas, dolor abdominal y, a veces, fiebre. No obstante, existen algunas diferencias en función del microorganismo que infecte.

En este apartado vamos a conocer brevemente las toxiinfecciones alimentarias más frecuentes:

  • Intoxicación por Salmonella o salmonelosis. La contaminación se produce normalmente a través de alimentos muy manipulados, como carnes preparadas o mal cocinadas, pasteles de crema, helados y mayonesas, siendo una de las causas más frecuentes el uso de huevos con la cáscara rota. El periodo de incubación es de 6-72 horas. Los principales síntomas incluyen dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea y fiebre elevada. La recuperación total tarda unos 7 días.
  • Intoxicación por Escherichia coli. Se encuentra en el colon de personas y de animales. Por ello, las heces son la principal fuente de contaminación. Hay distintas cepas que generan síntomas de diferente gravedad, pero para todas es válido evitar la contaminación fecal en agua y alimentos.
  • Intoxicación por Staphylococcus aureus o estafilocócica. El hombre es la principal fuente de contaminación, ya que este microorganismo se encuentra en la piel, boca, manos, etc. Los alimentos  más afectados suelen ser los ya cocinados, pasteles y ensaladas. El periodo de incubación es de 2-3 horas y la recuperación total tarda entre 1 y 3 días.
  • Intoxicación por Clostridium perfringens. Puede contaminar cualquier alimento, pero sobre todo, carnes. El periodo de incubación es 8-24 horas y la recuperación es rápida.
En general las toxiinfecciones provocadas por estos microorganismos no van más allá de una gastroenteritis. Sin embargo, hay que tener especial precaución con grupos de población vulnerables, tales como niños, embarazadas o ancianos. En ellos, las consecuencias pueden ser graves.

martes, 17 de enero de 2012

La función del sodio en la rehidratación


El agua, los zumos de frutas diluidos y las bebidas deportivas se utilizan habitualmente para rehidratar el organismo. Como el sodio es la sal principal presente en el sudor, algunas bebidas contienen sodio además de carbohidratos. Esto va en línea con las recomendaciones del Comité Científico sobre la Alimentación de incluir sodio (460-1150 mg/L)  y carbohidratos (80-350 kcal/L) para una rehidratación óptima durante la práctica prolongada de ejercicio.  Se cree que la pérdida de sodio puede desempeñar un papel en el desarrollo de calambres musculares o debilidad. La pérdida de sodio también afecta a la composición de fluidos del organismo.
 
Se sabe que el sodio estimula el mecanismo de la sed y que mejora el ritmo de absorción de agua y carbohidratos en el intestino delgado, lo que contribuye a rehidratar el cuerpo y a retrasar la fatiga muscular. Una vez que el agua es absorbida, el sodio también ayuda a mantenerla en el cuerpo, reteniendo un mayor nivel de fluidos y reduciendo la producción de orina. Los estudios demuestran que añadir sodio a las bebidas no supone ningún riesgo, o muy pequeño, para la salud.
 
Las bebidas que contienen sodio se recomiendan para la práctica de ejercicio durante más de 2 horas o para cualquier situación que implique una gran cantidad de sudoración. Las investigaciones sugieren que es necesario consumir 450 mg de sodio o más por hora de ejercicio para mantener el volumen plasmático y los niveles de sodio en el plasma. Esta cantidad se ingiere fácilmente al consumir una bebida equilibrada con carbohidratos y electrolitos.

Fuente: eufic.org

lunes, 9 de enero de 2012

Intolerancia a la lactosa


La intolerancia a la lactosa se define como la incapacidad parcial o total de digerir la lactosa de la leche debido a niveles insuficientes de la enzima lactasa. La lactosa digerida parcialmente no se absorbe en el intestino delgado y pasa al intestino grueso sin hidrolizarse. Allí las bacterias la fermentarán originando hidrógeno y otros productos de desecho que provocan los síntomas de intolerancia. Hipócrates la describió por primera vez hace 400 años.


Tratamiento de la intolerancia 

Muchas personas con intolerancia a la lactosa pueden consumir leche y  productos lácteos sin padecer síntomas, especialmente si los ingieren en pequeñas cantidades y acompañados por otros alimentos (leche con café o cereales). Otras necesitarán la restricción de la lactosa hasta la resolución de los síntomas, generalmente durante al menos 4 semanas. Para evitar carencias nutricionales, los pacientes deben reintroducir la lactosa para inducir tolerancia, y de esta forma asegurarse de que la dieta no está siendo restringida innecesariamente.  Después de un período de exclusión de la lactosa y del cese de los síntomas, se pueden llegar a tolerar raciones de hasta 12 g de lactosa (equivalente a la presente en 1 vaso de leche). La fermentación de la leche aumenta la tolerancia a la lactosa debido a su transformación en ácido láctico, por ello los lácteos como el queso curado o semicurado, el yogur y otras leches fermentadas pueden ser consumidos por personas intolerantes. Estos componentes básicos de una dieta equilibrada y sana, al carecer de lactosa o contenerla en pequeñas cantidades, no provocan los síntomas de la intolerancia. Además, la reintroducción de la lactosa puede ayudar a disminuir los síntomas de la intolerancia, lo que sugiere que pudiera haber una adaptación en la microflora colónica para la cual la lactosa se podría estar comportando como un prebiótico. Los lácteos suplementados con probióticos reducen los síntomas de hinchazón, posiblemente como consecuencia de que la lactasa microbiana mejora la digestión de la lactosa. Existen marcas que comercializan actualmente leche con lactosa hidrolizada que por lo general son perfectamente toleradas por las personas intolerantes. Otra alternativa posible consiste en añadir lactasa (lactoacidófilos) a la leche tras su calentamiento o tomarla en cápsulas antes de cada ingestión.


Fuente: lacteosinsustituibles.es

miércoles, 4 de enero de 2012

El fallo cardíaco como consecuencia de la diabetes

Un equipo de investigadores, según han publicado en Cell Metabolism, parece haber encontrado la causa que vincula la insuficiencia cardiaca con la diabetes y, tal vez, una nueva manera de romper este círculo vicioso metabólico.

"Nuestros hallazgos aclaran las razones por las que la incidencia de la insuficiencia cardiaca es alta entre los pacientes diabéticos, la prevalencia de la resistencia a la insulina es mayor en pacientes con insuficiencia cardiaca, y el tratamiento de la resistencia a la insulina mejora el pronóstico de pacientes con insuficiencia cardiaca", afirma Tohru Minamino, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chiba, en Japón.

Se trata de un efecto dominó, la evidencia reciente muestra que el estrés de la insuficiencia cardíaca activa el sistema nervioso simpático, que la respuesta de estrés activa la proteína p53 (según Minamino, una señal de envejecimiento celular) y que la señal de p53, en última instancia, conduce a la inflamación del tejido adiposo, la resistencia sistémica a la insulina, y el empeoramiento de la función del corazón.

La proteína p53 es mejor conocida como supresor tumoral, en palabras de Minamino, "se ha informado de que la p53 dependiente del envejecimiento celular es un mecanismo protector ante el desarrollo del cáncer, sin embargo, la activación constante de su señal puede promover la inflamación, el cáncer y otras enfermedades del envejecimiento".

El investigador había demostrado previamente que la acumulación asociada a la edad, o inducida por el estrés, de p53 promueve la insuficiencia cardiaca, y que el envejecimiento y las calorías adicionales inducen la misma señal de envejecimiento en los tejidos grasos. Ahora, parece que la activación de la p53 cardiaca también conduce a la activación de p53 en el tejido graso.

Las señales de p53 relacionadas con el envejecimiento celular interactúan unas con otras, acelerando el desarrollo de enfermedades asociadas a la edad; esto sugiere que el tratamiento ideal implicaría bloquear la inflamación que acompaña a la activación de p53, sin comprometer su lucha contra los tumores.